Dentro de una década, estaremos en la mitad del próximo decenio y, si los últimos años son indicativos, nos esperan cambios radicales. Aunque en este blog no solemos enfocarnos a las tendencias tecnológicas a largo plazo, también es interesante tratar de proyectar hacia dónde nos lleva el futuro. En especial si confiamos en predicciones como las de McKinsey, que vaticina que experimentaremos un progreso tecnológico mayor en la próxima década que en los 100 años precedentes.
Es posible que eventos impredecibles alteren estas predicciones, pero se basan en la extrapolación de la actualidad, ofreciendo una visión de lo que podría depararnos el futuro.
La IA y la automatización serán omnipresentes
Los Inventos que definieron hitos en la historia de la civilización, como el fuego o internet, terminaron integrándose en nuestra vida cotidiana. Para 2034, la IA estará tan integrada que ya no será tema de conversación constante. La IA, que hoy opera discretamente en búsquedas en Google o transacciones bancarias, pronto conducirá nuestros autos y mejorará nuestra salud y productividad laboral.
Con los avances en procesamiento de lenguaje natural, el control por voz podría convertirse en nuestra interacción predeterminada con las máquinas. Los robots físicos, impulsados por la IA, se especializarán en tareas concretas, desde el trabajo en almacenes hasta la construcción.
Vidas digitales y la transformación de la atención médica
Nuestras vidas se vuelven cada vez más digitales y, con la tecnología haciéndose más barata e inmersiva, esta tendencia seguirá creciendo. La distinción entre los mundos digital y físico podría desvanecerse, especialmente para las generaciones más jóvenes.
En el ámbito de la salud, la biotecnología transformará la forma en que curamos y cuidamos a las personas. La edición genética podría corregir trastornos genéticos antes del nacimiento, y la medicina regenerativa podría permitirnos "regenerar" partes del cuerpo, eliminando la escasez de órganos para trasplantes.
Sostenibilidad por necesidad
El cambio climático y la contaminación afectarán seriamente nuestras vidas. Las migraciones inducidas por el clima aumentarán, y la escasez de agua y disminución del rendimiento de los cultivos se convertirán en problemas crecientes. Esto nos obligará a integrar la sostenibilidad en la tecnología que utilizamos, desde centros de datos alimentados con energía renovable hasta procesos de fabricación circular.
Los robots físicos automatizados están alcanzando su madurez gracias a la aplicación de la inteligencia artificial a problemas como la movilidad y la estabilidad. ¿Tendremos "androides" completamente desarrollados como los que nos adelantaba Asimov? Podríamos estar cerca de crear robots que se asemejen mucho a nosotros. Sin embargo, probablemente sea más común ver máquinas diseñadas para fines específicos, como el trabajo en almacenes, la fabricación, la construcción o el mantenimiento.
Además de la tecnología en sí, el impacto de esta tecnología en la sociedad estará a nuestro alrededor. ¿Significa eso una utopía donde nadie trabaja y una fuerza laboral de inteligencia artificial generando todo lo que necesitamos? ¿O una distopía donde los humanos son en gran medida prescindibles y la riqueza se concentra cada vez más en manos de la élite tecnológicamente habilitada? ¿O algo intermedio? La única predicción concreta que podemos hacer aquí es que las acciones y decisiones tomadas hoy, al comienzo de la inteligencia artificial, jugarán un papel importante en responder a esa pregunta.
El futuro de la conectividad
El futuro de la conectividad se vislumbra emocionante, con avances tecnológicos que prometen transformar la forma en que nos conectamos y hacemos negocios. La implementación de conexiones más rápidas en sectores como la movilidad, la salud, la fabricación o el comercio minorista podrían aumentar el PIB mundial en 1,2 a 2 billones de dólares para 2030. La llegada del 5G y el Internet de las Cosas (IoT) se perfilan como unas de las tendencias tecnológicas más seguidas para la próxima década. Estos avances no solo impulsarán cambios en el ámbito empresarial, como la digitalización de la fabricación y la entrega de energía descentralizada, sino que también plantearán interrogantes sobre el impacto en la sociedad, desde la creación de una utopía sin trabajo hasta una distopía donde los humanos son prescindibles.
En resumen, el futuro de la conectividad promete no solo revolucionar la forma en que nos comunicamos y hacemos negocios, sino también plantear importantes interrogantes sobre su impacto en la sociedad y la economía global.
El futuro de la programación
Por otro lado, el futuro de la programación se vislumbra con el surgimiento del "Software 2.0", donde las redes neuronales y el aprendizaje automático escriben código y crean nuevo software. Esta tendencia promete escalar y difundir rápidamente nuevas aplicaciones impulsadas por inteligencia artificial y datos enriquecidos. Si bien se espera que esto dé lugar a aplicaciones de software más potentes, también permitirá estandarizar y automatizar los procesos de programación existentes.
Una nueva generación de materiales
El avance en la ciencia de materiales tiene el potencial de transformar múltiples sectores del mercado, incluyendo la industria farmacéutica, la energía, transporte, salud, semiconductores y manufactura. Materiales como el grafeno, una capa única de átomos de carbono dispuestos en una configuración de panal de abeja, que es aproximadamente 200 veces más fuerte que el acero a pesar de su increíble delgadez, prometen revolucionar el rendimiento de los semiconductores. Otro material es el disulfuro de molibdeno, cuyas nanopartículas ya se utilizan en la electrónica flexible.
Estos avances podrían cambiar la economía de una amplia gama de productos y servicios, reconfigurando empresas y cambiando la economía industrial. Por ejemplo, podrían cambiar la economía de la industria manufacturera a través del control inalámbrico de herramientas móviles, máquinas y robots, así como la entrega descentralizada de energía y el monitoreo remoto de pacientes.
En resumen, los materiales de próxima generación prometen no solo mejorar la eficiencia en diversas áreas de aplicación, sino también alterar significativamente la economía industrial y reconfigurar empresas dentro de ella.
A medida que nos adentramos en la próxima década, es innegable que las tendencias tecnológicas continuarán transformando radicalmente nuestras vidas. La inteligencia artificial y la automatización se integrarán aún más en nuestra cotidianidad, revolucionando desde la forma en que nos desplazamos hasta cómo cuidamos nuestra salud. La distinción entre los mundos digital y físico se desvanecerá, y la sostenibilidad se convertirá en un pilar fundamental de la tecnología que utilizamos.
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