Mucho se habla de la Inteligencia Artificial y sobre las posibilidades que la misma ofrece a las empresas y las personas, sin embargo, lo habitual es que se mire desde una perspectiva más cercana a la robótica que las películas nos muestran y con mucha preocupación hacia los cambios futuros y sus repercusiones.
Desde el punto de vista personal imaginamos un mundo donde nos quedamos sin trabajo y donde las máquinas nos sustituyen rápidamente. Imaginamos a nuestros hijos perdiendo sus relaciones humanas e interactuando con personas y máquinas casi exclusivamente a través de pantallas.
Desde el punto de vista empresarial creemos que requeriremos grandes inversiones para mantener viva nuestra empresa, ya que sería imposible competir contra otros que son capaces de “adivinar” los que sus clientes quieren o ellos mismos necesitan para ser más eficientes, dejándonos sin apenas tiempo de reacción, porque cuando nosotros vemos el problema nuestra competencia ya tiene la solución.
La buena noticia es que ambas perspectivas anteriores distan de nuestra realidad actual. Para entenderlo, es necesario que observemos qué hay debajo de ese paraguas llamado Inteligencia Artificial.
Definiendo el concepto de Inteligencia Artificial
Primero que todo, hay que mencionar que no hay un consenso acerca de una definición exacta de Inteligencia Artificial. En este artículo sería imposible hacer una condensación de los conceptos para llegar a conclusiones absolutas sin aburrir al lector, pero lo que si podemos hacer es repasar los conceptos que los expertos explican, para hacernos una idea. Algunas formulaciones de los expertos son las siguientes:
“La IA es una compleja capa de algoritmos que hacen cosas con la información que le provees”
“Es algo que, a través del uso de algoritmos, manipula datos de forma de conseguir respuestas que no son obvias”
“Algo que permite extraer conocimiento del dato. Cualquier sistema que es capaz de aprender a identificar y entender patrones a partir de los datos y que es capaz de producir nueva información”
Como podemos ver, a pesar de ser diferentes, se realza la capacidad de dotar a las máquinas de algoritmos (parte de lo que siempre se menciona como Inteligencia) que les permitan llegar a conclusiones relevantes y que no son observables a simple vista.
¿Qué áreas del conocimiento abarca la IA?
Ya teniendo una idea acerca de que se trata, pasemos a otro punto importante, las áreas que conforman las bases de la IA. Una vez más hay un dato poco conocido por la mayoría de nosotros y es que la IA no está conformada solo por los especialistas de la Informática, sino que también hay expertos en electrónica, matemáticas, estadísticas, psicología, lingüística y filosofía.
Seguramente no te ha extrañado encontrar disciplinas de ingeniería en la lista, pero, ¿esperabas a los humanistas?
Por una parte, entre otras cosas, los lingüistas ayudan a optimizar las interfaces de comunicación verbal con las máquinas. Toman en cuenta la diversidad de formas de comunicación que existen, sobre todo aquellas derivadas de nuestros idiomas y modismos culturales. A modo de ejemplo imagina que tienes que entender a 4 personas diferentes que hablen castellano y provengan de 4 pueblos de 4 países diferentes al tuyo.
Los psicólogos ayudan a la creación y mejora de esta tecnología, ya que toman en cuenta como integrar en “armonía” la Inteligencia Artificial para que el avance técnico ocurra desde el punto de vista del bienestar humano y no solo desde el punto de vista de la eficiencia empresarial o tecnológica. Siempre con la perspectiva de trabajo conjunto hombre-máquina y no desde la sustitución (excepto trabajos peligrosos o de muy bajo valor, en los que si se busca la sustitución)
Por último, la Filosofía es la que nos ayuda a definir el norte, con perspectiva en las repercusiones sociales a largo plazo, tomando en cuenta elementos tan cruciales como la ética y la inclusión de todas las personas, previniendo sesgos y discriminaciones. Este es, sin lugar a dudas, el elemento que nos salvaguarda de cualquier destino apocalíptico al más puro estilo de Hollywood.
Las grandes empresas conocen la repercusión que esta tecnología tiene y tendrá en nuestras sociedades, es por eso por lo que se toman muy en serio los elementos más allá de la Ingeniería. En el caso de Microsoft hay puestos de alta dirección cuya responsabilidad y foco es exclusivamente mantener ese compromiso en cada producto y servicio. Personas como Eric Horvitz - CSO Microsoft (Chief Scientific Officer) o Natasha Crampton - CRAIO Microsoft (Chief Responsible AI Officer) son algunos de los encargados de asegurar, lo mejor posible, valores como la equidad, la fiabilidad, la seguridad, la inclusividad, la privacidad, la responsabilidad y la transparencia; detrás de la oferta de productos Microsoft. El Comité de AI y Ética en Ingeniería e Investigación (Aether) y la Estrategia Responsable de IA en Ingeniería (RAISE) son otras estructuras que empresas como Microsoft crea como garantes del buen hacer con toda la potencia que la Inteligencia Artificial nos ofrece.
COSMO CONSULT como miembro del AI Inner Circle de Microsoft
Desde COSMO CONSULT apoyamos esta visión integral dónde la tecnología y la ética se dan la mano en un mundo hacia la excelencia en la transformación digital de las empresas. Así, Microsoft ha reconocido el esfuerzo de COSMO CONSULT seleccionándonos como miembro del AI Inner Circle. Un reconocimiento del que solamente disfrutan 118 empresas en todo el mundo y que nos orgullece compartir, puede leer más información en el siguiente artículo: “COSMO CONSULT elegido como parte del AI Inner Circle de Microsoft”.
Como habéis visto el futuro promete ser más seguro y positivo de lo que quizás puede intuirse a simple vista.
En futuros artículos iremos desgranando este gran mundo de muchas piezas de la Inteligencia Artificial.
Si mientras preparamos los próximos artículos, quieres conocer cómo podemos ayudarte en tu caso concreto, no dejes de contactar con nosotros Aquí
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