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Como consecuencia de la pandemia, los directivos de muchas empresas se ven obligados a repensar y reformular los modelos y objetivos de negocio. Para el departamento de TI, esto significa aumentar la capacidad muy rápidamente, implementar tecnologías innovadoras y, al mismo tiempo, desconectar sistemas y procesos obsoletos. Si los responsables de TI hacen uso del software como servicio (SaaS), podrán intercambiar aplicaciones de forma rápida y sencilla, a la vez que impulsan la digitalización de su empresa. Sin embargo, si los responsables de TI confían en los sistemas locales, a menudo se encontrarán en una "trampa" tecnológica.

Escalamiento sin esfuerzo

Esto se debe a que están atrapados en una red de contratos de licenciamiento, procesos firmemente implementados y hardware y software parcialmente obsoletos. Aunque dispongan de un número de empleados suficiente para programar los nuevos requisitos de software de sus aplicaciones heredadas o para ampliarlo mediante integraciones, la tecnología que utilizan establece unos límites estrictos.

Muchas problemáticas que han sido relevantes durante la pandemia y lo seguirán siendo después, como la evaluación de los datos logísticos, el tratamiento de los datos de producción (por ejemplo, mediante conceptos de IoT) y el análisis y la predicción de los objetivos de ventas, son desconocidas para el antiguo núcleo ERP de la empresa. Para cumplir con los requisitos en primer lugar, es necesario realizar actualizaciones y modernizaciones de los sistemas en funcionamiento.

En este sentido, una alternativa económica y extremadamente rápida es optar por soluciones de software como servicio (SaaS). Funcionan con los sistemas actuales, los complementan e incluso pueden sustituirlos a medio plazo en el ámbito de la digitalización. Además, en lugar de tener que instalar nuevas funciones, los responsables de TI escalan sus sistemas añadiendo nuevas funciones con un simple clic.

Actualizaciones sencillas

Otro requisito es la escalabilidad para poder añadir más usuarios y puntos de acceso a los datos o permitir el acceso remoto, por ejemplo, en aplicaciones de producción o de home office. En el entorno local, esto es costoso y solo puede lograrse mediante proyectos a gran escala.

Una solución asequible y pragmática podría ser una plataforma ofrecida por proveedores de servicios en la nube. Además de la infraestructura necesaria, los usuarios también se benefician del software como servicio como parte de los servicios contratados. Con estas aplicaciones, pueden asignar exactamente las funciones y procesos que necesitan durante la pandemia.

Ya no es necesario adquirir nuevas licencias y software, como es necesario en los entornos locales cuando se producen cambios en el mercado. Incluso en caso de reducción de personal después de la crisis, no queda en los sistemas ningún software caro sin usar. Esto se debe a que las soluciones son tan flexibles que los responsables de TI pueden simplemente cancelar aplicaciones y funciones en cuanto las condiciones del propio mercado cambien.

Siempre al día

Los proyectos de actualización, largos y estresantes son por tanto cosa del pasado para los clientes de los proveedores de software como servicio. Los proveedores de SaaS garantizan que mantendrán actualizado el software de los usuarios en pequeños pasos fácilmente realizables. De este modo, los usuarios trabajan siempre con las últimas versiones de las funciones más recientes, en lugar de limitarse a escuchar y leer sobre estas características y solo instalarlas como parte de la siguiente actualización (o la siguiente).

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